domingo, 8 de febrero de 2015

La mujer menguante

Esta mañana me he dado cuenta... de tanto menguar ya no llego a ver mi reflejo en el espejo del aseo. He tenido que esforzarme; dar un salto hacia delante para poder observarme. Después de tanto tiempo sin atreverme a mirar...

He recordado la primera vez, cuando me acurruqué bajo las sábanas, evitando así el roce de su cuerpo, que en ocasiones me amaba con vehemencia y otras me quebrantaba.
La segunda repliqué, y entonces sus palabras tronaron sobre las mías.

Fue a partir de la tercera o la cuarta... cuando empecé a encoger, conviertiéndome en minucia. Hasta hoy, que he dicho: "basta".

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